martes, noviembre 18, 2008

Cuentos del 2001 de una casa de señoritas VIII


ZOMBIES VIVIENTES.

La paja en el ojo ajeno.



Hace unos años, yo había conocido y tratado a Ganiz Pérez recién llegado de tierras navarresas. Todavía habia aquella dictadura que no dejaba hacer nada y menos hablar de política. Tardaría yo un cierto tiempo en conocer a las chicas de “ Buenas y Divertidas” asi como a su jefa .
Ganiz tendría , entonces, una veintena y pico de años. Parecía interesado por nuestra cultura y se las daba de "home lliberal" y contestatario; todo ¡y que procuró, siempre, no toparse nunca con quien pudiese mandarlo, unos cuantos meses, a la sombra. Además, si bien él se hiciera llamar Ganiz, su DNI por nada mencionaba el nombre en lengua vasca. Figuraba en castellano o sea por tanto Juan.
Juan Pérez Argola por mas señales.
Ganiz o Juan Pérez pronto, se las ingenió à que por un periodico de la capital, el “ Diario de Los Condes de la Marina “ le contratara , primero, como corresponsal informativo y luego le diera un puesto de redactor adjunto en las oficinas centrales.
Durante varios meses, Ganiz Pérez, fué el articulista de moda. La gente comentaba los artículos de Ganiz Pérez al “Diario de Los Condes de la Marina”.
Pero de golpe y porrazo no volvió a hablarse más del famoso Ganiz.
Un dia que, a Bob y a servidor, la jefa de “ Buenas y Divertidas” nos había invitado a merendar a “ Son Cuec”; la finca que, su tía Mónica, le había dejado en herencia;mientras estábamos tomando el café,nos dijo:
“ Mañana, domingo, os quiero a comer en casa. He de presentaros a un buen amigo. Hace poco que frecuenta “ Buenas y Divertidas”; pero se ve que es un hombre instruido y muy culto.
Es el director de un periódico muy conocido. Mañana, si venis, os lo presentaré.

Por supuesto, la buena y confiada Angelines, no recordaba ni el nombre del periódico y menos todavía el de su distinguido e ilustre director.
“ Coni creo se dice. O algo por el estilo.”

La verdad que me moría de ganas en que pasaran aquellas
veinticuatro horas para ver la cara de aquel director de periódico tan importante.
Sería o no sería el Ganiz Pérez que había yo conocido años atrás. Sabia que escribía o había escrito en el “Diario de Los Condes La Marina”. Ahora que fuera director de ningún periódico, eso ya me olía un poco raro.
El momento de la presentación llegado, Angelines se quedaría con un palmo de boca abierto viendo como aquel periodista tan importante y yo nos conocíamos ya. Y es que no me había equivocado en mis sospechas.
Tal como estaba acordado almorzamos todos juntos en la cocina; pero antes, el señor Pérez, descansó un buen rato, leyendo un libro, al lado de la piscina. Y sintiéndose ya posiblemente el dueño de la finca: el gran demócrata de antaño, me hace fuera, con no muy buenos modales, a Pepito, Josefina i Laurita – los de Rosalinda la criada costarriqueña – que jugaban por aquel terreno.
Durante l’agape que Angelines nos había preparado hablamos son duda de muchas cosas por no decir en realidad absolutamente de nada.
Ganiz contó que, de momento, había dejado el periodismo y no le faltó un segundo para casi compararse a algún periodista de primera línea. Ahora se dedicaba a negocios de hostelería y restauración. Un tema muy interesante para algunos de los presentes en la mesa.
Y como no podía ser de otra manera, la Angelines explicó mi amistad y mi presencia así como la de Bob, quien llegó a la hora de los postres.
Ganiz sólo se limitó a confirmar que hacía años que el yo nos conocíamos y que me había hecho, en cierta ocasión ,una entrevista. Entrevista que no debía ser demasiado interesante, pues la verdad sobre ella no me ha quedado recuerdo alguno.
El almuerzo finalizado todos debimos regresar a nuestros respectivos domicilios.
Al Ganiz volví a verlo a casa de Angelines unas cuantas veces más. Se notaba que mi presencia no le resultaba muy grata.

Un dia, Angelines, me contaría que aquel tio se había pasado un poco de la raya con ella y que le había dicho de Bob de mi e eramos zombies vivientes.
“ Angelines ¿ Que hacen estos dos zombies vivientes en tu casa ? No tienes porque ser la Madre Teresa de Calcuta de nadie” , le habría soltado con aires de superioridad y prepotencia
En el Apocalipsis de San Juan puede leerse, capítulo tercero, versículo 3: "Conozco tus obras, tienes el nombre de viviente,`pero estas muerto”.

No sé si Ganiz Pérez – quien ha alardeado siempre de agnóstico – jamás ha leído la Biblia y ni siquiera el Apocalipsis.
Lo que si sé es que ni él ni nadie es quien para hablar mal de cualquier de nosotros.

No hay comentarios: